Para no excederme en puntualizaciones innecesarias iré directo al concreto; la verdad he leído bastante sobre la ruta, sin obviar que un día sería yo el amanuense de la Sierra de Mariola, ubicada entre los términos de Cocentaina, Bocairent y Alcoi. Lo que sigue, es la llegada a la plaza de la iglesia de Agres, municipio enclavado en el Parque Natural, donde la abigarrada pintura de un yugo en la fachada del templo de San Miguel, me recordó el antiguo régimen dictatorial de nuestro estado, donde existía libertad de prensa, ya que cada uno adquiría la prensa a hora convenida.
Después de excelentes cafés, llegamos a la falda del Santuario de Nuestra Señora del Castillo, ubicado en una colina junto al pueblo, construido sobre una planta cuadrada con torres en las esquinas, donde el sonido del fluir del agua relevo al de los motores, ya dispuestos comenzamos la ascensión por la ruta prevista, amparados por un velo de sombra entre pinares. Se compuso la fila eligiendo cada cual culo a seguir, admirando alguno el vaivén de nalgas, yo elegí la solemne soledad encantadora de aquella majestuosa senda serpenteante y empinada a trazos acomodados y bien dispuestos al caminante.
Después de excelentes cafés, llegamos a la falda del Santuario de Nuestra Señora del Castillo, ubicado en una colina junto al pueblo, construido sobre una planta cuadrada con torres en las esquinas, donde el sonido del fluir del agua relevo al de los motores, ya dispuestos comenzamos la ascensión por la ruta prevista, amparados por un velo de sombra entre pinares. Se compuso la fila eligiendo cada cual culo a seguir, admirando alguno el vaivén de nalgas, yo elegí la solemne soledad encantadora de aquella majestuosa senda serpenteante y empinada a trazos acomodados y bien dispuestos al caminante.
Sin pausa ni tregua caminamos ataviados, durante el trayecto por el paraje pudimos contemplar la riqueza de la flora y la fauna —alguna mariposa perdida junto al zumbido de las abejas, llegamos hasta lo alto, donde tras cruzar la pista forestal aguardaba una mesa bordeada de bancos de madera gruesa, repleta de distintos manjares a degustar, cada uno deposito lo dispuesto acudiendo a la cata todos los presentes, la bota con tinto de Marí, brincaba de mano en mano, aliviando el paso por las fauces del chorizo y el queso resentido de Mora, alguno observaba el majestuoso Vall d´Albaida, junto con el de Agres, otros lo hacían incesadamente al perro de Gaspar: Pluto pimpante, atendía sigilosamente el sexo de la perra de Mora —me refiero al animal de lomo alto—, no parecía ser inconveniente para la fogosidad el pequeño Pluto, incesante en mostrar su punta dispuesta al cobijo vaginal.
Pronto atajamos la senda, esta vez cada uno lo hizo a su aire, yo con apenas reposo, retorne otra vez con la soledad y mis recuerdos. Aunque aquella zona cuenta con infinidad de rutas, quiero matizar que Agres es la más oportuna, si a alguien le apetece acercarse que tenga en cuenta que este maravilloso pueblo pertenece a la comarca del Comtat, situado al norte de la sierra Mariola, y de la provincia de Alicante, limitando con la de Valencia.
Creo recordar que sobre las dos de la tarde regresamos al santuario.
Tras un breve refresco el las aguas que manaban sobre una pila de piedra de dos balsas, marchamos en busca del restaurante concertado, donde derrochamos tal cual mereció la excursión.
Creo recordar que sobre las dos de la tarde regresamos al santuario.
Tras un breve refresco el las aguas que manaban sobre una pila de piedra de dos balsas, marchamos en busca del restaurante concertado, donde derrochamos tal cual mereció la excursión.
Gandia, siete de mayo de 2009